
Lamentablemente, el actor con el que contaba para el personaje de coronel, no puede hacerlo por fechas, pero sí me ha prometido que vendrá a la gala de los Goya. Dice que en la próxima. ¿Cuál será la próxima? Nos conocimos en los Angeles. Siempre me volvió loco, sobre todo por su aspecto y su postura, sus facciones, su fuerza en la voz y su presencia. Una auténtica lástima. tampoco he conseguido a Carmen. No tengo presupuesto, y al parecer tampoco tacto, a la hora de ofrecer papeles. Espero no haber perdido una amistad. La quiero tanto... Pero si es que no, es que no, y hay que respetarlo. Nunca me ha costado tanto como ahora sacar adelante los proyectos, porque la situación es realmente crítica. Los bancos no descuentan los contratos, las televisiones pasan del 5%, por mucha normativa europea que les obligue. Aquí siempre nos hemos caracterizado por pasar bastante de lo que se haga fuera. En toda Europa las televisiones están obligadas a apoyar al cine. Aqui dicen que es anticonstitucional. Por lo menos practico con el ejemplo, al primero que le deniegan ayudas es a mí. Es que mi película es desagradable, y no es social. No trato temas sociales. Jó. Muere Iván Zulueta, el director de una de mis películas totem, Arrebato. Ivan, director REALMENTE a contracorriente, director REALMENTE vanguardista y loco, pero de verdad, sin querer serlo, sin hacer alarde de ello, marcado por su propio destino, enemigo de sí mismo, se la sudaba la industria, y lo que hicieran o dijeran los demás. Me río a carcajadas cuando algunos hablan de francotiradores y ñoñerías de salón. Reproduzco un artículo que he escrito en el periódico.
AUTOSUFICIENCIA
En Arrebato, Will More, vampirizado por la locura fílmica, comparte uno de sus tesoros más íntimos con Jorge Sirgado, también director, en crisis física y moral. Sentados en la cama, observan ensimismados una colección de cromos de su infancia. Abre las páginas con cuidado, como si se tratase de un antiquísimo incunable. En esos cromos está todo: sus ilusiones, manías, obsesiones, sus sueños, sus pesadillas. El vampiro le confiesa: pasé tardes enteras observando este dibujo. Se trataba de un indígena, un guerrero con plumas. Un cromo. Yo también pasé tardes enteras dentro de un dibujo. En mi caso, se trataba de una ilustración de dos dinosaurios devorándose entre sí. Al fondo, un volcán. Esta coincidencia me impactó. Lejos de ser una casualidad, creo que se trata de algo sintomático. Los enfermos de cine, los vampiros de imágenes, hemos tenido un álbum de cromos alguna vez, una puerta a un universo paralelo infestado de imágenes imposibles, en el que nos zambullíamos para huir de la superficie, habitada por tribus hostiles. Ese momento de ensimismamiento ciega y nubla tu vista para siempre. Ese momento es el Arrebato, cuando se presiente que la manera de escapar del horror es huir a tu propia cabeza, guarececerte en tu interior y ser libre, por fin. Como cantaba Parálisis Permanente: encerrado en mi casa, todo me da igual, ya no necesito a nadie, no saldré jamás. No hay película que explique el proceso fílmico con tanta precisión como Arrebato. Iván Zulueta devoraba celuloide. Su cine es el motor y origen de toda una generación. Iván, con dos peliculas, llegó más lejos que nadie. Ahora por fin es autosuficiente.