ORFIDAL NIGHTS
Todavía no me he despertado. Tengo la cabeza enmohecida del orfidal. Ayer peté. Creí que podía moverme, pero no. Llegué a casa y caí como una plasta de barro y escombros que cae del volquete de un camión sobre la M-30. Me derrumbé en la cama sencillamente y me acabo de despertar. Debería ir al médico porque me sigue doliendo la espalda, y ya como en serio. Os adelanto que, efectivamente, estos dos días han sido, como os podéis imaginar, realmente duros. Ya no quiero decir la verdad, que fueron asesinos, sangrantes, una locura de angustia y terror, una lucha contra el tiempo que me hizo tambalearme. No. No lo cuento porque cuando se ha llegado al 10 de tensión no se puede seguir subiendo. Sin embargo en la realidad sí, hay 11 y 12, y 25 de tensión. Era materialmente imposible cumplir plan. Pero como dice Joana en los posts, uno tiene lo que realmente quiere, y luché como un gato panza arriba hasta que me sangraban las orejas. Cada plano era un puto parto, un parto sin epidural. Los problemas se multiplicaban como se extiende la peste.
EL PUENTE
¿Conté cuando apareció un tipo de Renfe y nos prohibió colgar a un actor del puente? No recuerdo. Tuve que hacerlo en una esquina. Teníamos permiso para rodar en el puente, pero al parecer no se comentó que colgábamos a una persona, o los que dan permiso para rodar en el puente, no son los mismos que los que dan permiso para colgar personas fuera del puente. Cagada de gestión dolorosísima. Lo solucionamos como pudimos.
ESTAN VINIENDO
El segundo día perdimos mucho tiempo con los traslados y las idas y venidas del campamento. El campamento de los actores está lejos del set. Yo ya tenía experiencia de esto, pero en Los crímenes teníamos una hilera de coches y una coordinación británica excepcional para solucionarlos. Los actores tardaban, pero estaban. Ahora tengo otra frase mítica para hacer camisetas: "están viniendo". Todo está viniendo. Los actores, las armas, los perros, lo que sea. Están viniendo. Supongo que, como todo es tan complicado, no se puede hacer más rápido.
REYES
El equipo de Reyes se portó de maravilla acribillando el coche. Da gusto trabajar con ellos. Con Reyes en persona y con su equipo, que son realmente operativos y eficaces. Una gozada. No fallan, están alerta, saben tomar decisiones y las toman rápido.
ACTORES BUENOS, MALOS, TERCOS, GENEROSOS
Hay actores que no saben cambiar de opinión. Actores que no sólo no saben, si no que se niegan. Hay actores, muy pocos, que creen tanto en su trabajo (cosa loable), que deciden discutir, o incluso negarse a cambiar algo cuando hay que cambiarlo. En una película normal no hay problema, porque tengo tiempo para convencer y explicar a los demás los motivos por los que cambio las cosas. Pero en esta película no. Menos que nunca. Hay que aceptar el cambio y ser positivo, reaccionar a favor y no en contra. En Crímenes no tuve una sola discusión con Elijah y John. Todo lo contrario. Su obsesión era proporcionarme exactamente lo que yo necesitaba. Lo eché de menos. Algunos saben, otros no. La cuestión es el cambio del punto de vista. Hay actores que esperan que tu manera de ver las cosas encaje con la suya y llegar a un acuerdo. Tú tienes que darles tu opinión, y ellos la filtran y la hacen suya, cogiendo unas cosas y apartando otras. Es lo normal. En Londres descubrí otra manera. Tú no tienes que dar, ellos mismos te lo sacan. La diferencia es trabajar de vendedor ambulante, casa por casa, o tener un puesto con niños deseando comprar tu juguetes. Y luego esos niños sólo compran los juguetes que a tí te hacen feliz, no a ellos. Porque son tan buenos que saben que pueden ofrecer cualquier cosa, que su espectro de interpretación es tan grande que todos valen. Su trabajo consiste en buscar (no tú, ellos) lo que tú quieres, y ponértelo en bandeja. Así es John, Elijah, Manuel Tejada, Gandolfini, Villén, Carmen Maura, Carolina. Otros no, y son igual de buenos. Estoy hablando de técnica, de rodaje, no de resultados. Es un asunto de confianza y profesionalidad. Me preocupa, me jode y me altera. Una y no más, Santo Tomás.
OJALA EL MUNDO ENTERO FUERA TERELE
Ayer rodamos el veterinario y la verdad es que, alterado y jodido por la secuencia del día anterior, decidí darlo todo, estar al máximo para no perder las interpretaciones. Cambié la idea de planificación que tenía y la resolví de la manera más eficaz posible. Ortodoxia: campos, planos fijos, montaje. No quería que se me escapara ni una inflexión, ni un gesto, y al mismo tiempo tenerlos separados, porque si ruedas una escena coral en un plano necesitas que todos estén bien, que nadie falle, o tener el tiempo suficiente como para repetir muchas veces. No es el caso. Luis Varela, PIEDRA PRECIOSA, profesional, amable, auténtico, DISCRETO, generoso. Le amo. Terele está soberbia, excelente, sobrenatural, divina. Un Dios Malévolo, una Diosa enfurecida, la mayor de las cómicas, la delicia personal más agraciada. La belleza del alma, el dolor de la verdad, la pureza brutal de lo humano. Terele está más allá del mundo, se le queda pequeño.
UN ALFILER EN EL ALMA
Lo conseguí totalmente menos un plano. Un plano en el que no rodé lo que quería porque un actor no quiso dármelo. Lo peor es que no lo montaré. El que cree que así se sale con la suya y es todo lo contrario. Se queda sin él. Sólo monto lo que me vale. Sus intenciones son buenas, pero no para el resultado final, y sobre todo no para lo que yo necesitaba en ese instante.
¿ESTÁS CONTENTO?
La pregunta del millón en un rodaje: ¿estás contento? La gente quiere saber si estás satisfecho o no con lo que ruedas. Suena a soberana estupidez. Suena a patada en los cojones. Suena a no entender nada. Suena a preguntar al general, vestido con jersey al hombro, en medio de la batalla, con miles de personas palmando en ambos bandos: ¿Qué tal? ¿Ganamos?
RESPUESTA HONESTA RAPIDA Y SENCILLA
Yo estoy rodando. Amigos míos no pueden. Soy un privilegiado. No me quejo de nada. DE NADA. Trabajo. Tengo trabajo. Por supuesto que estoy contento.
RESPUESTA AUN MAS HONESTA
Nunca se está contento. Nunca ruedas lo que quieres. Jamás. Eso es un planteamiento de colegio, adolescente. Nada es como lo soñaste. Y éso no sólo en el cine. La labor del director es precisamente luchar para que se parezca lo máximo. Si no, todos seríamos directores. Todo está pilladísimo para sacarlo adelante, atrapado en un instante frágil, volátil, algo que surge en una fracción de segundo, y a veces, fuera de foco. Ya no se rueda con tranquilidad ni con tiempo, se rueda ametrallando a los actores, los decorados, las caras. Rodamos los ensayos. ¿Estás contento? La pregunta tan sencilla duele como beber lejía. Piensas: hijo de puta... Sí, SÍ, porque pese a todos los demonios del averno el parto es un hecho, existe algo NUEVO, distinto, que me gusta, y a veces es incluso mejor que la propia idea inicial, por su áspera realidad, su olor a carne quemada. También en la vida.
LAPSUS METAFISICO-EMOCIONAL
Es como la unión mística de la idea y la materia. Es un proceso alquímico en el que el sueño, sujeto a la Nigredo más salvaje, caótica, diabólica, ASESINA, se transforma, se retuerce, sufre mil torturas hasta convertirse en un Frankenstein, TU Frankenstein. Y ese Frankenstein SI QUE TE DEFINE, sí que es tuyo, tu verdadero hijo. Porque la idea inicial, la deseada, es tan sólo una proyección quimérica, inferior ontológicamente a la terrenal, la bastarda, la maldita, jodida, dolorosa, angustiante película que estás rodando con las manos llenas de sangre de sirope. Disculpad el rollo hermenéutico. Somos lo que hacemos, no lo que soñamos. Las ideas son literatura, poesía. No tienen carne. Amo al monstruo, esa película que me está matando, que me está desgarrando por dentro. La defiendo con mi vida.