jueves, 30 de septiembre de 2010

En tejas, bolos, barbacoa, peleas, karaoke

En Tejas. La tierra de Nacho Vigalondo, porque aquí es el rey. Ayer jugamos a los bolos pero la fiesta en la furgoneta tirando petardos y cohetes a los perros de la calle nos la perdimos, estábamos muy cansados, tras la proyección. Harry Knowles fantástico, encantador, y Elijah, y Stuart Gordon, siempre tan simpático. La fiesta vikinga en el barco coincidió con el pase, y también nos la perdimos. Aparecieron tres o cuatro vikingos en el Highball, pero ya era tarde. También nos perdimos la BBQ en casa de Tim, por la mañana. Luego Tim me comento si me guardaba unos trozos de carne. Le dije que no estaba tan desesperado. Ayer por la noche asistimos a un numero de barra americana de una de las japonesas protagonistas de la peli de un tipo que anda por aquí, pero no se como se llama. Geisha-stripper. La verdad es que tampoco he visto ninguna de las películas del director japonés, pero deben ser buenas. Esa misma noche canto un par de canciones vestido con calzoncillos de sumo. Llegamos la tarde en la que Nacho se pego en un ring de boxeo, que esta al lado del cine, con Elijah y con Michel Rodriguez, la chica del helicóptero de Avatar. No se quien gano, imagino que Michel Rodriguez. Concretamente os comentare que todo esta colocado en cien metros cuadrados, la bolera, el ring y el cine. En el cine se puede cenar, tiene mesas, y pides nachos y cervezas mientras ves la película, pero esta terminantemente prohibido hablar. La bolera tiene karaoke, y Nacho se canto unas canciones. Lamentablemente, por alguna extraña Razon, el critico de cine del New York Times entró en nuestro cubiculo, y Nacho se cayó sobre él a los cinco minutos, golpeándole fuertemente la nariz. Creo que esto generará un problema en las relaciones del periódico con el cine español. Después terminamos haciendo una fiesta en un pasillo. Las fiestas en pasillos suelen ser divertidas, esta no. Estábamos en un pasillo, consiguieron botellas de champagne, pero no había música. Lo único reseñable es que Eugenio y Nacho se disfrazaron de cazafantasmas. Porque había disfraces en aquel pasillo, no se. Un disfraz perfecto de cazafantasmas. Yo encontré una camisa de fuerza, que me puse, pero no podía beber, obviamente, lo que hizo que me desprendiera de ella rápidamente. En fin, un festival interesante, alternativo y diverso, con una amplia oferta multicultural.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Viajes, alcoholismos varios


Mañana, o esta noche, mejor dicho, me cojo un avión a Tejas. Hay un festival de ciencia ficcion, creo. Ya os comenté, con Vigalounge, etc.

Bien, pero me pilla agotado y cansado en la madrugada. Por otro lado no me importa desaparecer un rato, porque estoy un poco desubicado. Me encuentro ligeramente desubicado, sí. El otro día celebramos el cumpleaños de Carolina, y además de molestar mucho a los vecinos, cogí una parda, una de esas tristes, penosas, que sabes que la gente no te quiere hablar porque saben que hace mucho que no riges. Observad en la foto mi mirada totalmente ida, de una persona que lo ha perdido todo, todo rastro de dignidad, cualquier atisbo de respeto, y le está metiendo una monumetal brasa nocturna a alguien (en este caso creo que se identifica perfectamente a Wioming). No sé si soy yo el que habla, o es Txetxu. Lo que está claro es que por alguna razón lo quiero asesinar. Observad cómo Antonio contempla la situación asustado, temeroso, rezando, implorando que mi rollo acabe de una vez. Enrique intenta mimetizarse con el ambiente, a modo de planta o de estatua griega, para disimular, con su pose helénica de cangrejo imperturbable, pero no puede evitar la tentación de desviar un poco el ojito, al percibir el lamentabilísimo estado en el que me encuentro.

Todo muy triste. Sin embargo, la gente se lo pasó bien.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Siegel, Arabesque y calcetines indómitos


De nuevo en Madrid. En Donosti de maravilla, pero no tuve tiempo ni de mear, prácticamente. Vi la magnífica película de Oscar Aibar, y Santiago está soberbio, y Angulo impecable y Villén maravilloso. Da gusto poder decirlo porque es verdad, de la buena, y os aconsejo que la veáis. Y nada más, me fui formal a la cama y al día siguiente tuve la suerte de comer un chuletón de proporciones mitico-religiosas en la mansión veraniega de un amigo antes de coger el avión. Todo proteínas, nada de grasa, ¿eh? No creáis que me pierdo.

Lo que sí duele perderme es el ciclo BRUTAL de DON SIEGEL que organizó Rebor en Donosti. Dios, Siegel... Copias nuevas, imagino. Espero que el ciclo pase por la filmoteca.

La semana que viene viajamos a Austin, con Roberto Rodriguez y Guillermo. Creo que también viene Vigalounge. Será legendario baladear con ellos. Viejos amigos, Elijah, también andarán por allí. Os lo contaré en el Blog.

No me atrevo a deshacer las maletas, que son dos pedruscos macerados en sudor de ropa sucia, con smokins machacados a Dry Martinis y cintas de super ocho, y calcetines vivos que saltan como culebras al intentar apresarlos.

Suena "Arabesque" de Henry Mancini en el Itunes. Emoción, tensión, ritmo. Ritmo. La vida, eso que nos pasa, por fin, tiene ritmo. Dios, que año.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Helen Mirren y el folclore popular

En Toronto. Ayer entrevistas, y por cierto, nos cruzamos con Helen Mirren otra vez. Estuve a punto de saludarla y darle el correo electrónico de Tallafe. También vimos a Julie Christie, y algún otro que no me se su nombre, pero que me suena su cara. Íbamos a ir a ver las cataratas del Niagara, pero hay que coger autobuses y es un lío, y no hemos hecho las maletas para san Sebastian.


El punki antiguo
Ayer nos entró un punk mientras cenábamos en una terraza. Un punk antiguo, de esos que se sientan en tu mesa, y que insultan, y gritan, y tiran escupitajos. Él me insultaba en inglés y se reía de mis gafas, y yo le insultaba en castellano. Muy bien todo. Aquí están un poco pasados de moda. Hay pobres en la calle, pero no son viejos, son adolescentes. ¿Qué significa?

Asuntos

Aquí en Toronto. Bueno, al parecer la academia no nos ha escogido para los Oscar. Qué lástima. Pero, ¿quién soy yo para decidir sobre el tema? Esto va en serio, es democrático, y de verdad. Tanto es así que me quedo fuera. Otra vez será. En otro orden de cosas, he oído que Tarantino utilizó su poder sobre el jurado para favorecer a su ex-novia, Sofía Coppola, y a un amigo suyo del alma, concretamente a mi. Me parece fatal lo de Sofía, porque yo sí que me he acostado con él durante años. Le di mi juventud, mis mejores años. Vivíamos juntos en un precioso adosado en Mostoles. El trabajaba en sus Peliculas, y yo mientras cocinaba y hacia la casa. ...Después de haberte planchado las camisas, y cosido los bajos de los pantalones, me haces esto. ¡Querido Quentin, con lo que yo te quería!

Por cierto, en Toronto la película ha gustado mucho, la han entendido estupendamente, y se ha vendido practicamente a todo el mundo. Estamos haciendo entrevistas para el estreno en Estados Unidos. Así que nada. Voy a ver si me hago amigo intimo de Spielberg, o me acuesto con él, o algo. Me he puesto una falda de tubo y unas ligas que me realzan muchísimo la figura. A triunfar.

martes, 14 de septiembre de 2010

En Toronto

Me encuentro en el avión que me lleva a Toronto, después de pasar por Frankfurt. Nos espera otro festival, y mas entrevistas. Ahora concretamente que la publico llego al hotel, tras encontrarme al bueno de Achero Mañas.

Todo ha pasado y quizá es el momento de retomar mis experiencias en el blog, para teneros actualizados emocionalmente. Siempre digo lo mismo, pero no se me ocurre otra manera de empezar:

Hay tanto que contar... Han pasado tantas cosas que es imposible tan sólo enumerarlas. Además la cabeza se ocupa de quemar archivos y son imposibles de recuperar. Recordaré malamente algunos:

El móvil maldito 

Lo primero de todo es que el día de la gala se me cayó el móvil a una canal, al salir de la lancha que me llevaba del hotel a Venecia. El festival se celebra en el Lido, por si no lo sabéis, una isla cercana, en un hotel extraordinario llamado Excélsior. Hay que ir a todas partes en lancha, y en uno de esos momentos de torpeza total que me caracterizan, imprimíéndome un simpático Savoir Faire, se me cayó  el móvil del bolsillo de la camisa. Notar como se desliza suavemente del bolsillo, rebota en la lancha, y se hunde en el agua... Pensar seriamente en saltar, y descubrir que es absurdo... Me habrá llamado toda España, miles de SMS perdidos, de felicitaciones, de cariños, de palabras bonitas. Bueno, todo eso llegará, confío, algún día, cuando  los muchachos de Telefónica, a los que quiero con locura, tengan a bien mandarme uno nuevo, pero esto llevará meses, o años, y miles de llamadas a un operador de Uruguay, o Colombia, para arreglarlo. Es más fácil ganar un premio en un festival que te renueven el móvil por pérdida. Además, me lo tendrían que enviar a Toronto...

Encuentros en tercera fase con el jurado

Lo primero que tengo que decir es que en un festival, por propia experiencia como jurado, lo PUTO PEOR es encontrarse con el jurado. No mola nada, les tensa a ellos, te tensa a ti, no sabes que coño de cara poner en ningún caso. Siempre es recomendable mantenerse a parte y que no se te vea mucho. En este caso, era más jodido si cabe, porque conozco a Quentin, DEBERÍA hablar con él. Pero no quería hacerlo. Así que, cuando decidíamos bajar a Venecia en lancha, siempre cabía la posibilidad de cruzarnos con ellos tristemente. Y claro, el último día, ocurrió. Estábamos en el pequeño muelle y aparecieron todos, en pleno, con sus mujeres, dispuestos a pasar una velada agradable en Venecia cenando, o corriendo tras las palomas, o comprando máscaras de porcelana, lo que fuese.

Saltar o no saltar, esa es la cuestión

Pensé seriamente en saltar, saltar al agua. No había salida. Se acercaban. eso era un muelle, no había salida posible. Decidí darles la espalda y mirar patéticamente al agua, como si fuese a pescar y estuviera tanteando el terreno. Algo idiota, en suma.
Guillermo Arriaga me saludo primero. Hola, hola. Disimulé. Como siempre, la cosa se desvió hacia Carolina, que siempre genera mucho mas interés que yo. Tallafe estuvo a punto de hablar con Danny Elfman, pero lo impedí a tiempo. Hubiera sido como un encuentro entre Gollum y Heisenberg. Cuando conseguimos esquivarles y montarnos en nuestra propia lancha, decidimos ir a cenar, nada más y nada menos, que al mejor restaurante de Venecia. Todos nos habían hablado del DA FORNI, al lado de San Marcos.

Aventura en DA FORNI

Evidentemente, no nos equivocamos, el sitio era extraordinario. La sopa de setas con trufa olía a Gloria bendita. Caminábamos hacia nuestra mesa acompañados por el Maitre, cuando de pronto...
El jurado, en una mesa. Todos, charlando, en el Da Forni. Y el maitre nos empuja hacia ellos. En Camara lenta, miro a Carolina y le hago una seña de estúpida complicidad (que no entiende, porque parecería una mueca de un loco) para girar 180 grados y salir de allí escopeteados. Consigo que me sigan, pero el maitre empieza a gritar y a hacer gestos extraños, lo que llama la atención de la gente que nos rodea. Yo no miro al jurado, miro violentamente a la pared contraria. De hecho, intento evitar que Tallafe mire al jurado, que es lo que realmente me preocupa. Así que le grito: ¡Tallafe, mira esos cuadros! Y señalo a una pared, casualmente, sin cuadros. Mientras Tallafe se gira y observa, intrigado, la pared, yo consigo llegar a la puerta  de entrada evitando a docenas de camareros que me empujan, amables, para sentarme. Por fin accedemos, sin bajas, a otra sala del restaurante, donde optamos por pasar el resto de la velada.

Angustia y psicopatías

Nos duele el estómago de la tensión, yo me he pasado el día vomitando, Carolina se marea, y Juan Ochoa intenta, con su amabilidad habitual, que pensemos en otra cosa. Yo no puedo, sobre todo porque veo a Tallafe con ganas de ir al baño. Si Tallafe va al baño y se encuentra con Danny Elfman, o con Tarantino, me muero, me suicido. Le digo que se aguante, que se mee encima, cualquier cosa antes de moverse de la mesa. Tallafe se pone triste.

La apuesta

Yo le quiero a Tallafe más que a mis muelas, así que pienso en algo que nos anime. Le digo: te doy 150 euros si te acercas a aquella anciana y le das un beso. Tened en cuenta que nos encontramos en un sitio donde la gente cena con vestido de noche, joyas y smoking. En una mesa cercana estaba Helen Mirren, la actriz que hace de reina de Inglaterra. Nos miraba, extrañada. Tallafe siente cómo una ilusión primaveral le recorre las venas, por el tremendo reto. Carolina se levanta directamente y se va, porque no quiere presenciar este bochornoso acontecimiento, este lamentable ejercicio de infantilismo e inmadurez. Juan y yo nos frotamos las manos, porque sabemos que vamos a deleitarnos con unos deliciosos minutos de ultraviolencia moral. Helen Mirren se prepara para irse. Se pone un jersey blanco, precioso, se dispone a abandonar el local. Tallafe se levanta, suavemente, seductor, embriagado por el aroma de la sopa de setas con trufa, pero no se dirige hacia la mesa de la reina de Inglaterra, se dirige hacia la mesa de una señora mayor, otra, aún más mayor, aún más británica, que cena con su hija o algo parecido, ajena totalmente a Helen Mirren. Tallafe nos mira, irónico, cínico, juguetón, atractivo, soñador. Sentimos el pinchazo del vértigo total. Tallafe siente, súbitamente, una inspiración. Tallafe se acerca a ellas y les dice que les quiere sacar una foto. Se levantan, hablando en italiano, en inglés, en croata, en zulú. No les entendemos un carajo, pero la abuela parece expresar algún tipo de extrañeza por el hecho de que un gaditano calvo y barrigón se muestre atraído por ella. Tallafe no se corta, se crece, y le dice que quiere una foto con ella porque LE GUSTA. Oigo esa palabras. Sí. Todavía resuenan en mis oídos. MI PIACHE. En ese preciso instante, recuerdo que puede entrar Danny Elfman y pillarnos en medio de esta trágica historia. Tallafe abraza a la señora, y su hija o su enfermera le saca una foto. Entonces, sin dudar un instante, Tallafe se lanza y le da un beso en los morros. La anciana encantada, sonríe feliz, su hija también y se van emocionadas a casa. Y no pasa absolutamente nada.  Nada. Tallafe nos invita, con sus flamantes 150 euros, a un viaje en góndola. Tumbado en ella, viendo sobre mi cabeza un cielo abarrotado de estrellas, con el sonido del remo moviendo lentamente el agua y los avisos del gondolero (¡Voooooiiii, staggando!!) como único fondo musical, siento muy cerca la compañía de mis amigos,  y pienso que tengo que volver al Da Forni, porque la sopa de setas con trufa estaba buenísima.      

sábado, 11 de septiembre de 2010

En el jodido Excélsior

En media hora bajo para ir a la gala de clausura. Estoy en el hotel, esperando el momento. La tensión es mi modo de vida, para bien, o para peor... Ya no hay nada, excepto la diversión mas desesperada, que me identifique. No se si ganaremos, si perderemos, si todo será absurdo pero divertido, cruel, pero estúpido, maravilloso o esperanzador. En cualquier caso, no estamos aquí por eso, pequeños bastardos. Nuestro trabajo ha acabado, y no hay nada mejor que rodar. No hay nada mejor que rodar, que disfrutar con los dientes rechinando en el interior de tu boca del placer alucinante y demencial de rodar, si, si, rodar, como hacer el amor hasta que el sudor brota en los cuerpos, rodar, rodar, si, joder, cabronazos, perros, rodar, soñar, rodar, vivir la otra vida, la vida de los sueños, la vida real de la ficción, la ficción en la vida, el jodido y maldito sueño introducido con jeringuilla en el interior de la vida, la mentira real, real, delante tuyo, si, delante, como una roca enorme en tus dientes, rompiéndolos, destrozándolos, sintiendo la verdad de la vida, no fingiendo, no mirándola desde fuera, desde dentro, nunca, nunca imaginándola, necios arrogantes, como gritaba Galactus... Ahí,delante de ti, la vida, de verdad. ...Hace mucho que ganamos.



Joder.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Flying to Venice

Cojo ahora mismo el avión para Venecia. He visto la película acabada por fin, en el cine de la academia. Descubro que realmente es una película de amor. Y detrás del amor siempre hay humor, pero sobre todo horror. Lo bello siempre oculta algo siniestro, decía Eugenio Trías, y creo que tiene razón. Amor de monstruos, como el jorobado enamorado de la gitana, o del hombre sin brazos del circo que lanzaba cuchillos con los pies, llenos de dolor y de angustia, atrapados en un pasado que murió, pero que resucita en sus pesadillas. La frase que resume la película podría ser: la ira y el ansia de venganza conducen inexorablemente a la destrucción.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Hoy acabé



Es curioso, porque hoy se puede decir que he acabado la película, a las siete de la mañana de hoy, concretamente. Bueno... estas últimas semanas requieren una redacción especial, y ahora no me siento capacitado. Ha sido especialmente doloroso el mantenerme en vida. Las tensiones se han acumulado al final, atropelladamente, y en esa cuenta atrás descubres de qué pasta está hecha la gente: el que se mantendría junto a tí aunque varios rotweilers le arrancasen los genitales a dentelladas, y el que no dudaría en entregarte a los nazis con tal de que esta pesadilla acabe. Algunos personas me han decepcionado profundamente, otras me han sorprendido por su entrega y generosidad, a unas cuantas les estaré agradecido toda mi vida, y daría la vida por ellos, o lo que me pidieran, hasta mi virginidad, y otras confirman lo que ya sabía: que están en el cine como podrían estar pelando patatas.
Nunca en mi vida me las he pasado más putas.
Nunca en mi vida he disfrutado tanto.
Nunca me he sentido más cerca.
Soy como el Motorista Fantasma, un personaje de la peli. Preparando el turbo de la moto para el momento en que terminarás tu película, y volarás por los aires. Sólo hay una oportunidad, y calientas motores, calientas cojones, calientas la cabeza, y sobre todo, te arde el corazón. Llega la explosión, el instante eterno del rodaje. Chocas contra las alambradas y las trapasas, pero te dejan en carne viva. Sigues volando, avanzando con tu moto. En el montaje se desprenden los últimos trozos de piel y las tripas se enredan en el tubo de escape. Sigues volando, hasta llegar a la posproducción, donde tus huesos estallan como panes tostados y tu alma llega, desnuda, a chocar definitivamente contra el público.
En ese vuelo que dura fracciones de segundo ves los rostros del resto del circo, mirándote. Algunos con ánimos, otros con pena, o indiferencia. Todo da igual, porque esos rostros desenfocados están fuera de cuadro. Lo que importa son los planos que has rodado con el corazón, planos de personas que te demostraron su amor. Ahi lo importante es el contraplano, tu reacción. La mía es de inmensa gratitud. Y es sincera. Ese vuelo es lo que importa. El momento en que vuelas con tu moto. Lo demás está fuera de cuadro.

A RAPHAEL
Gracias, maestro, por todo lo que has hecho por mí. Gracias por tu alegría, por tu cariño, por acompañarme, por ayudarme. Gracias por ser un caballero, ante todo. Gracias por tener sentido del humor, más que nadie. Gracias por ser la persona que me gustaría llegar a ser, aunque de antemano te diré que es imposible. El más moderno, el más abierto, el más joven, el más amable.
Raphael, eres generoso, y por tu generosidad esta película existe. Eres el alma de la película. Mi mejor película, la más sincera.