jueves, 25 de febrero de 2010

Album de cromas


Poco tiempo para escribir. Diez minutos. Se me ha ocurrido una idea fantástica, que puse en práctica ayer. No como, y duermo una hora.

Ayer comenzamos el mundo cromas para la secuencia final. Alejandro Tejería, persona deliciosa donde las haya, naturalmente dotado para el humor (como otros lo están para el sexo, o el ajedrez), y maravillosamente solícito a la hora de colocarse en situaciones comprometidas, ayer se colgó de la moto alegremente. A tres metros de altura, se separaba de ella y salía despedido. Hicimos la toma seis veces, por cuestión de cables. Y las llamas de la moto, estupendas. Luego le colocamos un cono de viento en la cara que le deformaba los mofletes grotescamente, como a Tom Cruise en Mision imposible. Por ultimo lanzamos al doble con la moto desde el cañón de protones. Con eso perdimos bastante tiempo. Hoy sí que hay tajo, y hay que andar espabilado de no perderse nada. Hay mucho. Mucho.

...Un beso para Tasio, que está malito. Ánimo Kiko. Te quiero. Ya verás como no es nada.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Black out

Siento no haber podido escribir. Demasiadas cosas. No soy capaz de articular un discurso sensato, y no por embriaguez, causa habitual de mis desvaríos léxicos. Estoy anulado. El cansancio se torna en dolor crónico. Acabo de reunirme con Domingo para solucionar unos problemas que me impedían andar, o comunicarme. Creo que hayamos una solución dentro de los límites de lo verosímil. Sin embargo, él persiste incansable en su habitación, con un dolor inimaginable de cabeza, buscando la manera de cuadrar un día en una noche, o una noche en un día. Espero que lo consiga. Juntos, intentando no demostrar un visible signo de desesperación, intentábamos perjeñar una manera de rodar lo que nos queda, sin destrozar la película. Me falta por un encajar una secuencia que se borró, asunto luctuoso. Me enteré de casualidad, al llamar a mi montador. Nadie se hace eco del desastre, quizá por esa sana manera de ver las cosas, que consiste precisamente en no verlas.

La omisión

Quizá sea la omisión la estrategia diabólica por la que se rige el mundo. Lo que no se dice no existe. En algún momento del blog hablamos de esto con anterioridad: el verbo configura la esencia de las cosas. Si no hablas de algo, lo cubres de un manto de invisibilidad que empapa el concepto hasta unirlo con el todo. Sólo se habla de lo que interesa, desfigurando el entorno de lo incómodo. Oh, Dios, yo también he sido un fiel seguidor de esa inmensa herejía, y pido perdón públicamente por ello. Hay que nombrar los objetos, las ideas, las creencias, los sueños, para conferirles entidad. Recordad que lo que amáis, debéis pronunciarlo en voz alta y clara. En caso contrario, corréis el peligro de presenciar como se desvanece ante vuestros ojos. Son los labios, y no la mente, los que generan lo real.

No puedo más. No puedo seguir. Tengo que dormir. Mañana me esperan más escenas, cromas, el motorista fantasma sale despedido y no creo que lo cubra el croma.

domingo, 21 de febrero de 2010

La Sombra


Recuperados tras una resaca considerable, pero moderada dentro de lo que son las resacas, nos recogemos en nuestras habitaciones del nuevo hotel de Alicante. Echo de menos el legendario Kazar de Ontenyent, un hotel único en su pintoresca irrealidad. Mañana, empero, volvemos al castillo de Torrefiel, a rodar unas cuantas secuencias, las últimas en el castillo. Nos queda la transformación de Carlos en Supervillano, el momento en que decide en convertirse en el mensajero del Dolor, y vengar los insultos que la humanidad le ha proferido. también veremos a Carolina convertida en Virgen de los Remedios. Pero esto prefiero no explicarlo.

Aqui en Alicante, rodaremos efectos en la ciudad de la luz, y las secuencias míticas que nos quedan, los exteriores del circo. Eso lo rodamos en Alcoy, en una zona de edificios en ruinas. El alcalde ha sido tan amable de detener su demolición para que podamos rodar. Una delicia.

El domingo da miedo, porque sientes el vértigo de no haber echo los deberes. Así funciona mi cerebro, no he podido superar ciertos traumas infantiles, como el clasico "mañana hay colegio", y no he hecho los deberes. Debería haber hecho tantas cosas...

Lo que pasa es que por mucho que hagas, siempre quedan cosas por hacer. Siempre esa maldita insatisfacción que te persigue hasta la muerte, hasta el lugar más recondito del planeta, como el monstruo persigue a Frankenstein, como la sombra perseguía al mago de Terramar. Tu sombra, tu conciencia, el pecado, los errores, las decisiones equivocadas, se acumulan conformando un ser siniestro, que te mira desde la distancia. La manera de vencerle es enfrentarte a él, lo sé. Pero como el doctor Frankenstein, prefiero huir, aunque sea al Polo Norte, antes de mirarle a los ojos. Y sé que eso lo alimenta, y crece, haciéndose mas poderoso.

Menos mal que hay cosas, y personas, que hacen el viaje soportable, y que reducen, como el ibuprofeno la resaca, el dolor que te salpican los recuerdos. Maldita sombra, me haces moverme. Sé que sin tí no sería nada, porque me das la vida y me la quitas al mismo tiempo. El huir de tí hace que viva, que viva huyendo, pero eso también me hace crecer. Detenerse es morir. Es aceptar la derrota. Persígueme, Sombra, porque gracias a tí, todo fluye. La sangre, la rabia, el dolor, la ira. Que fluya, que no se quede dentro.

sábado, 20 de febrero de 2010

ñlsñssñlñlj


The Big Bruno

he vuelto de la fu
iesssta muy divertido. no vino mucha gebtem, pero los que fuimos nos lo pasamops bien. me voy aa cama.

viernes, 19 de febrero de 2010

Siempre adelante


El gran Juan Vicente en la imagen, dando consejos vitales para la continuidad. Aquí decía: tendría que mirar a izquierda.

¿DÓNDE ESTOY AHORA MISMO?
En el rodaje. Me he traído un ordenadorcillo para poder escribir, y no dejaros sin comentar qué ocurre. Lo colgaré a la noche, porque en el castillo no hay cobertura, ni wifi, ni nada. Ahora mismo estoy peleando con Godzilla. Mover a Sancho en plano es mover a Godzilla en una tienda de Lladró. Sancho siempre hará EXACTAMENTE lo contrario a las indicaciones que le marcas. Mira a derecha cuando hablas: mirará a izquierda. Tengo la tentación de decirle las cosas al revés para que ruede correctamente, pero entonces lo hará BIEN, siguiendo el axioma de hacer siempre lo contrario de lo que se espera.

EJEMPLO MITICO
Sancho, las gafas te hacen un maldito reflejo que te tapa exactamente un ojo. Por favor, te lo suplico, mira a derecha. No. "Ya te lo arreglo yo". Cuando Sancho dice eso, SABES POSITIVAMENTE que la va a joder bien jodida. Efectivamente. Me siento y ¿Qué hace? Se quita las gafas. Pero Sancho no recuerda que le falta un ojo. En la película, quiero decir. Y no va maquillado. Corta. Sancho se ríe, y repetimos. Así siete veces. Al final, Sancho mira a derecha sólo cuando no habla. Pero un milagro hace que los reflejosno coincidan con los ojos. O así lo he querido ver. Digo buena.

EL CIERVO
Tenemos un ciervo que se va pudriendo poco a poco. Para todos los amantes de los animales, diré que no lo matamos nosotros, es de matadero. Por eso se nos pudre. Tenemos dos, uno muerto y otro devorado. Y otro vivo. Carlos odia los animales muertos. Ayer le hicimos COMERSE el ciervo (el muerto). Y estaba podrido. De pronto a alguien se le ocurrió echarle ZOTAL, una cosa que mata el olor, pero es supertóxica. Carlos no se desmayaba por el olor. Se desmayaba por el Zotal. Le dimos unas gominolas para que masticase, mientras desgarraba con la boca un solomillo de ternera crudo. Yo me comí uno, para quitarle el miedo. Después Carlos era atacado por el jabalí. El jabalí es de mentiras, para que cuele, había que rodarlo desde diez mil puntos de vista. Carlos, como ya sabéis, está desnudo en la escena. Carlos terminó haciendo el amor con el jabalí de plástico unas veinte veces.

EL MOSQUEO
Al final, después de cuatro días de correr desnudo por el bosque, portándose de maravilla, se mosqueó. Su rostro estaba demacrado por el rigor mortis más absoluto. "Esto lo tenía que hacer un doble". "Carlos, no basta con hacerlo, hay que tener buena disposición". "Tenerlo preparado antes, hasta que no esté todo preparado, no me quito la manta". "Carlos", le dije, "yo tampoco tendría que estar tirado en el suelo con un jabalí de plástico en las manos, pero esto funciona así". En ese momento, le tiré el jabalí y le dí con el hocico en los huevos. "Lo siento", le dije, riéndome a carcajadas. Y se mosqueó. Hoy le esperan dos docenas de rosas en el hotel,una botella de champán y una caja de bombones. No se me ocurre nada mejor. Por supuesto, no las paga producción. Suficiente tienen con lo suyo.
Un jabalí, un ciervo, o dos. Y el rodaje resulta un lío de cojones. Imagínate Avatar. Nosotros rodamos Abaratar. Así va la cosa, y sin lamentos. Estamos rodando, y es divertidísimo.

EN EL HOTEL
Bueno, la cosa se desmadró. Fatal de tiempo, Sancho se tenía que ir a las cinco, y no pude rodar la secuencia como quería. EN FIN. Una pena. A veces se gana y otras se pierde. La verdad es que es muy triste, es lamentable no poder hacer las cosas como uno quiere, rodar a trompicones, de mala manera, presionando a todo el mundo, sin tiempo de pensar, ni de reaccionar siquiera. Esta noche es la fiesta del ecuador de la pelí. Me pienso pillar una tajada descomunal, impropia de un hombre sensato y maduro, de un estadista como yo. Bajaré a los infiernos y maldeciré una y mil veces el día en que Dios permitió que yo dijera que sí a nueve semanas. El día en que Youssaf me dijo que no tendría diez, y dije que "estupendo". El día en que acepté este plan de trabajo imposible. El día en que decidí hacer la película en estas condiciones. El día en que pensé "mejor hacerla que no hacerla". Así se hace cine. Esto es dirigir. Esto es mi profesión. Otros tienen siete semanas, o cinco, o cuatro. O no tienen nada, porque no ruedan. Me quejo de vicio. Pobre idiota. Ahora sonreiré, porque esa es mi obligación, y adelante. Siempre adelante.

miércoles, 17 de febrero de 2010

La balada de Cable Hogue


El jabalí mítico.

Vuelvo de cenar. El viernes fiesta del ecuador del rodaje... Queríamos que fuera mañana, pero Carlos se levanta a las cinco y claro, el cuerpo pues no le permite precisamente hacer de DJ... Hay tanto que contar... Mañana a las siete. Desde mi habitación oigo a todos abajo reírse. Paco, Miguel, mi driver, Youssaf, que quería que durmiese una hora más, Domingo, con la cara púrpura, que no me deja... Sancho, contento, Rosa, de vestuario... El equipo abajo, en la cena. Cervino, qué gran hombre. No hay nada como rodar en exteriores fuera de Madrid. Viajar, dormir en hoteles, Trasnochar con el equipo, recordar las anécdotas del día. Vivir con tus compañeros del rodaje sin la tensión de los planos y las prisas. Disfrutar de una cena, de bromas, del calor de lo vivido, de la emoción del día siguiente. Mañana tenemos más bosque profundo, más desnudos de Carlos, más aventuras. La vida sin rodar no es vida. Desde mi habitación de hotel de las mil y una noches, reportando para mis amigos del blog. La señora mayor. Merece la pena. Todo merece la pena. Pobres desventurados los que no conocen el placer del trabajo y la amistad. Los que desconocen lo que es una sobremesa, una charla, unas risas, después de una jornada inolvidable. Me recuerda a Ford. Un grupo de vaqueros, alrededor del fuego, tomando su café aguado en esas tacitas de hojalata. Alguien debería cantar una canción.

No return


Pido disculpas por no haberme conectado antes. Digamos que no ha sido fácil. Recapitulemos en la medida de lo posible, porque han ocurrido tantas cosas que probablemente me deje la mitad. Tras los goya, y saludar al presidente, y todo eso, intentamos coger el tren pero lo perdimos. La verdad es que me apetecía perderlo. Cogimos el siguiente, Youssaf y yo. Nos pasamos bastante rato en el bar del tren, y allí tuve oportunidad de disfrutar de la amable conversación de Youssaf. No conmigo, con la camerera del bar del tren. Era polaca, y consiguió arrancarle su número de teléfono. Youssaf tiene facilidad para los idiomas. Avergonzado, volví a mi asiento. Llegamos a Alicante y nos hospedamos en un hotel absurdo y delicioso de aspecto árabe, o moruno, o algo. Mientras dormía, o al mismo tiempo que dormía, o en lugar de dormir, improvisaba entrevistas con periódicos y radios y teles. Así que el rodaje me pilló ligeramente alterado, pero contento. El cansancio no creo que sea un tema reseñable, porque ya es total, ya estoy pasado de rosca. Me muevo como un autómata, sin dolor. Como Carlos. Carlos llegó hoy al tope del dolor.

MÁS ALLA DE LO HUMANO
Carlos, si recordáis, se tiró desnudo a un río. El primer día de rodaje en Alicante corría desnudo por un bosque. Me dijo si podía llevar tanga. Le dije que sí, pero se notaba. Así que se la quité. Luego parecía que seguía llevando tanga. Su elefantito había desaparecido a causa del frío. No había nada, una especie de grano, un pequeño clítoris, quizá. Nada. Carlos, sin embargo, no se quejaba. Sufría como nadie, pero aguantaba, toma tras toma. Luego tocaba caerse al suelo, y seguir corriendo. No había colchonetas, claro. Y se tiraba. Luego tocaba ser perseguido por un jabalí. El jabalí, toda hay que decirlo, era un encanto, pero acojonaba bastante. Y Carlos corría. Luego... Bueno, imagináos bastantes cosas terribles que no apetece nada hacer, sobre todo desnudo y untado en barro. Todas las hizo Carlos sin rechistar. Entonces llegó el momento del clic.

EL CLIC
Carlos dejó de hablar. Se quedó mudo, absorto. Miraba como ausente. Le preguntaba si tenía frío, arrebujado por mil mantas. Luego, se repuso, se comió unos huesos de vaca y volvió al hotel. Hoy, otra vez. En pelotas. Comiendo tripas, junto a unos perros. Pero hoy ya bien, porque había llegado al punto Martin Sheen. Como en Apocalipse, Carlos ya no sentía, ni padecía. No return. Su mirada de ojos grandes, con sus pestañitas, sus papitos. Como un conejillo, pero no de Indias, Pakistaní, Afgano. Como la mirada de un santo, después del martirio. Voy a ver si puedo cenar con él.

domingo, 14 de febrero de 2010

Los Goya


El gran Mercero

Bueno. Me recogen a las 7. mientras, tengo que hacer la maleta para Alicante. Mañana salgo a las cuatro de la tarde, pero antes tengo que pasarme por la Moncloa a saludar a ZP. Nos recibe a la una, así que iré de gaupasa, como decimos en el norte. Osea, empalmando una cosa con otra, imagino. O quizá me dé tiempo a ducharme. No sería bien visto protocolariamente llegar con veinte vodkas en el cuerpo. Es mucho más elegante llegar de resaca, porque la resaca es seria, da un cierto aire distante y tranquilo, como señorial, que viene muy bien para actos de esta índole, donde hay que saber estar. Comenté que era más conveniente hacer la reunión por la tarde, pero ZP tiene una agenda realmente intensa. Se me argumentó que los de la copa Davis se presentaron sin dormir y nadie se quejó. Y nosotros no vamos a ser más quisquillosos que los de la copa Davis. Si los políticos quieren que vayamos, vamos, a ver si va a ser por pereza, y luego nos llaman malquedas.

He conseguido entrar en el smoking, porque yo sin smoking no voy. Cary Grant iba de smoking. Indiana Jones iba de smoking. Es lo suyo. Lo que no he podido es repasar tanto discurso. El de esta noche lo leeré, porque no he tenido tiempo de aprendérmelo. El de ZP lo leeré sobre la marcha. Espero no confundirme de papeles y leer la factura de Hipercor o la carta de mis hijas a los Reyes.

Al mismo tiempo está el asunto de lo que rodamos en Alicante, que lo prepararé en el tren, imagino. Me llevo un portátil para seguir en contacto con vosotros. Me dáis mucho ánimo y me divierte un montón. Del rodaje os aviso que escriben Colombo (making off) y Encajadordebolillos (Youssaf). A ver si se animan más y podéis disfrutar de diferentes perspectivas. Quedan cinco semanas. ¿Nos llegará el dinero? ¿Me dará un pasmo? ¿Se caerá del elefante Tallafé, como esperamos todos?

Le di el Goya de honor al gran Mercero, en su casa. Su familia es maravillosa. Sus hijos, un encanto, profesionales de esto. Grandes personas. Ser presidente de la Academia tiene cosas hermosas. Una de ellas, poder hacer esto. Darle una alegría a una persona que se lo merece. Mercero es un Grande, con mayúsculas. La cabina es una de las razones por las que hago cine. Y la gioconda está triste, y "que ni el viento la toque", resonando desde hace años en mi cabeza... Le encanta Ford. Me regaló un libro de Ford dedicado. John Ford, siempre con nosotros, a nuestra espalda. Nosotros también tenemos santos protectores. Y nuestra biblia: Centauros del desierto.

Hoy en los Goya no os perdáis el momento Villén, que sale disfrazado de cara-cono, según creo. Al menos en alguna versión del guión eso se decía. Y más sorpresas que desvelo para dar emoción, no todas, nunca las mejores. Contaré un par de cosas. Tarantino me dijo que no en el último momento, lástima. Espero que el año que viene pueda. Está pillado en LA con la promoción de los oscars. Está convencido de ganar. James Olmos no viene porque no tenía presupuesto para pagar el avión de su mujer. Así son las cosas. Pero la pareja del año, del siglo, estará allí. Y más.

sábado, 13 de febrero de 2010

Horizontes lejanos 2


Youssaf, ecce homo

Youssaf, esa persona transfigurada por el dolor y el sufrimiento, sabedor de todos los problemas de la producción porque está en rodaje como un clavo, y entiende lo que ocurre y cómo se trabaja, a qué nivel de presión atmosférica tomamos las decisiones, y el esfuerzo inhumano que hacemos el equipo entero por sacar esta película adelante, me ha respondido a mi misiva acerca de las horas extras. Su estilo, sarcástico y elegante, adornará este blog que no es en ningún modo unilateral y castrante. Todo lo contrario. Aquí caben las opiniones de todos, por muy poco fundadas o tristemente previsibles que sean.

Reproduzco literalmente la respuesta a HORIZONTES LEJANOS, la entrada acerca de las horas extras, porque el texto se lo merece. Tiene el tono que me esperaba de madre comprensiva, que cuida de sus alocados chiquillos. Y eso me gusta. Sin embargo, apuntaré unas ideas, como pequeñas guindas a esta inmensa tarta. 1. La caravana no estaba prevenida. La llamásteis más tarde, exactamente cuando la pedí. 2. Domingo intenta minimizar los males, porque es bondadoso, y en eso se equivoca. Debería decir las cosas más cruelmente. 3. Tú podrías al menos "intuir" cuantos planos quedan, al final del día. 4. Gracias por pensar en el futuro. Yo también lo hago, pero voy a empezar a dejar de hacerlo, y que se busquen la vida tus señores productores. No me pienso cargar la película para salvarles el culo. 5. No puedes hacer mejor tu trabajo. Sólo quería tomarte un poco el pelo. Te quiero mucho, y te respeto aún más.


LA MISIVA DE YOUSSAF
Te quería contar algo, darte un masaje epistolar para descargarte los nudos que tienes en las cervicales, estas manos que rodean tu cuello y aprietan también quieren darte un masajito en el cuello, para que te relajes y disfrutes, pero no tengo BLOG. Pensaba ponerlo en el tuyo por si los comandos que te acompañan mientras cada día tomas la colina de la hamburguesa tuvieran también interés en qué es lo que se ve cuando se mira al Horizonte Lejano, además de al pastor y su oveja. Pero no tengo blog, así que te regalo aquí estas reflexiones y tu decides si compartimos estas al igual que las otras:

“LA MIRADA DEL OTRO”

(Oda a la Hora – La Bienpagá)

Cuando llega la fatídica hora, esa de pedir o no la HORA, la que inspira mirar hacia Horizontes Lejanos -quizá con la esperanza de hallar ahí la coherencia, la paz espiritual, el sentido común, quizás simplemente porque en la cercanía, en el entorno, ninguna mirada te sale al encuentro sino que parecen focalizadas en los nudos de los propios cordones; cuando ves que la realidad (y el sentido común) señalan con grandes flechas de neón rojo hacia que, si quedan TRES planos, es de CAJÓN que no se va a acabar a la hora prevista; y preguntas “¿cuanto queda?”... por nada, por aquello de que crees que lo correcto es que el equipo sepa que va a pasar: si es que en breve van a oír “hemos terminado por hoy!” o si deben ir pensando en anular sus compromisos de cena. Y preguntas de nuevo “¿Cuanto queda?”, se lo preguntas a uno, al otro, al de más allá ( al Dire no, con los años sabemos que existe un protocolo, ese protocolo que, desde que el cine es cine, viene perfeccionándose para que todo el mundo conozca, ya hasta con sutiles gestos corporales, que es lo que está pasando –hasta el más mínimo detalle, como que si la hora se PAGA o no se PAGA).

Y preguntas una vez mas, ya cercano a la hora CERO: “¿Cuanto queda?”, y te responden que hará falta hacer unos 15 minutos - “minutillos” (así son mas cortos, insignificantes, no sé si al denominarlos “minutillos” te están insinuando que no hay que molestarse ni en pedírselos al equipo, se paguen o no se paguen); nos queda una ‘gruita’, un traveling-cito’ y un ‘contrapicadito’, a ver si agregando el diminutivo convences al de la Mirada al Infinito de que estaremos fuera de ahí en menos de lo que dura el caldo en el termo. Y claro, tu llevas la mirada al infinito porque de hallar la respuesta se te hace patente que no será en la cercanía.

Cuando ante la fatídica pregunta “¿cuanto queda?” a los que preguntas de pronto se les torna interesante el dibujo de la moqueta del decorado, en ese instante alguien, querida señora mayor, ALGUIEN tiene que poner la mirada en lo que usted con mofa cariñosa (pero mofa al fin y al cabo) identifica como ‘barquito de vela’, pero que en realidad es hacía El Buen Puerto, hacía Tahití, porque cuan Fletcher Christian quiere calcular la probabilidad – REAL- que hay para alcanzarlo. Ahí, querido capitán, es donde está la mirada, mientras uno se debate en si verdaderamente ASÍ está ayudando a su capitán, racionando el agua y la carne de tortuga, o si no es mejor ser ‘amiguete’ y darle todo lo que pide. No sé, quizá lo aprecie más en esos momentos en que, como Javier el protagonista, encerrado en los bajos de un decorado, se quema con la hora que es la plancha, su propia mejilla en la que lleva tatuada la marca de SU compromiso. Pero quizá sea mas ‘cool’ (y requiere MENOS horas te lo puedo jurar; PROPIAS, no las que abollan el presupuesto como el mazo sobre la cabina) decir que SÍ a todo: helicópteros? como en Apocalypse. Cruces? Más que en Espartaco. Elefantes? Todos los de la Senda. Figuración? como los de Intolerancia. Caravanas? como en Cimarrón. Cañones de calor? Como los de Navarone. Mas madera (de balsa) ES LA GUERRA! Pero.... ¿y cuando después de tomar Da Nang volvamos a Saigon? las mezclas? Y la revelación de que las únicas mezclas que se podrán costear sean las que hagas con lo que quedara del caldo y el napalm? ¿Y que en vez de Roque Baños te tienes que conformar con que la BS te la compone Georgie Dann (que creo que tiene algo de belga)?

Pongamos un palio blanco a modo de vela en esta nave en forma de cruz, viento en popa, y con muchas ruedas; pero, querida señora... ¿y los frenos?

Pagar o no pagar la hora? Mejor no hacerla, no crees? Aprovechemos las anteriores 12, sobre todo las DOS primeras. ¿De que sirve la boina verde, la pintura camuflaje en la cara, y el cuchillo de caza entre los dientes si la lancha anfibia se nos desinfla a mitad del Mekong?

Ahí es donde se posa la Mirada Metafísica y no en el barquito de vela. Y ahí es donde está el pensamiento, y no en el alma propia.

Ah, y ya que me tienes por cicatero con las HORAS: yo, sin que lo percates, además de las ‘reglamentarias’, a TI te regalo unas 8 cada día (las que SI me puedo permitir sin titubeos, las MIAS).

Y lo hago con gusto. Y desde el afecto que te tengo.

Pero no son de ‘Combate’ entiendo que no sea lo mismo. Igual que no es lo mismo una cebra que un burro pintado, ni una jirafa que una llama con cuadros. Pero pudiste bailar con el “Corazón Contento” en vez de la canción de los pajaritos en belga. La botella medio llena.

En cuanto al equipo, los que han trabajado conmigo anteriormente saben que no soy de los de “la ligera omisión” ni de deslizar la “Hora Supositorio”, pero por si alguno tuviera esa duda, te agradezco que voz en alto lo aclarases a “TODO EL MUNDO”. Así nos aseguramos que las cobra hasta la horda de gorilas y el Hamilton que los fotografió. Total, las horas son solo armarios de balsa - o ruedas bajo la cruz: una mas, una menos, que mas da, la cruz se mantiene firme y se desliza suavemente hacía el centro del croma sobre la moqueta que imita el suelo del Valle, esa moqueta cuyo dibujo de pronto atrae las miradas cuando preguntas: “¿Cuanto queda?” Cada hora más, una violonchelo menos. El presupuesto, al menos el nuestro, TUYO y mío, a diferencia de las miradas, se asienta sobre horizontes FINITOS. Muñeca o balón, ya sabes.

Fatídica la pregunta, pero la hago para que no me la tengas que hacer tu antes de que alcancemos ese horizonte lejano (ahí donde clavo la mirada), la otra orilla del Mekong: “Cuanta pasta queda?” Quiero proporcionarte cada mañana el napalm Y el caldo, no llegue el día en que te tenga que preguntar: Napalm O caldo?

Un abrazo mi general, a sus órdenes; aquí me tiene, fíjese por donde, REGALÁNDOLE las horas.... para que al león (o lo que quede de él) no se lo devoren las horas, cuervos negros, antes de que lo pueda acariciar el niño. A picotazos (‘picotacitos’): una horita aquí, una caravanita allá.

Para que tengamos caldo hasta el final, que también importa porque sin Caldo no hay Gloria.

Ah!, por cierto, el napalm lo he conseguido a 8,95 el litro, ¿cuantos necesitas mañana por la mañana?

¡Feliz Día de los Goya!

La tentación de existir


Lo siento, acabo de levantarme, y no podré escribir mucho. Me recogen... ¡deberían haberme recogido ya! Ayer fue terrible, pero mejor que el dia anterior. El día anterior me embronqué muchísimo. Me tocó una madre que me amenazaba con su marido abogado por asustar a su hijo, que estaba de figuración. El niño era un encanto, pero no me hacía ni caso. Le decía "Buh" en plano. No le asusté en absoluto, más bien fue él quien me asustó a mí. No rodé ni la tercera parte de lo que tenía previsto. Ayer me embronqué con Carolina, a la que traté descortésmente para sacarle una interpretación dramática en una escena. Estaba magnífica, pero quería que estuviera sencillamente espléndida. Eso me costó una considerable pérdida de neuronas y un gran disgusto. Afortunadamente, es bastante más sensata que yo, y me perdonó. "No sé qué te pasa, que te rayas con todo". Efectivamente, digamos que estoy ligeramente presionado neuronalmente. Ya no me quedan neuronas, han muerto estas semanas a hostias, asfixiadas, a base de no dormir, trabajar histéricamente, enloquecer, en definitiva. Ya no se trata de que no me duela la cabeza, la cosa es que el dolor de cabeza no me provoque hemorragias internas. El equipo está agotado, y se quejan, con razón. No quieren hacer más horas extras. Se ha estropeado una cinta del magneto y he perdido una secuencia, que, desgraciadamente, es de las que rodé bien. Habrá que repetirla, pero no sé cuándo ni dónde, ni siquiera sé si tendré tiempo. Se me caen las localizaciones, el final se complica. Hoy voy a suprimir una secuencia para que me dé tiempo a rodar la otra. Producción hace lo que puede, que es prácticamente nada, observar con costernación cómo soy acribillado por un AK-47 mientras mis pies, hundidos en el barro, son comidos por las pirañas.

Pero no me rendiré. No. La película es la mejor que he hecho a distancia, el material es excelente. Es una locura, un fiel reflejo de mi vida y de lo que siento, lo que me rodea. Es hostil, amarga, desconcertante y divertidísima a la vez. Disfruto y muero con cada plano. Me gustaría descansar al menos un día, pero mañana son los Goya, y creo que debería ir. Al día siguiente viajo a Alicante y ruedo allí.

jueves, 11 de febrero de 2010

HORIZONTES LEJANOS


Me vienen a buscar a hora mismo. Como pronosticábamos ayer fue OTRA vez un día terrible, histérico. Rodamos bien y con sensatez, pero conforme el día avanzaba la tensión se iba acumulando por la falta de tiempo. La última secuencia la rodé en unas condiciones de histeria y tensión francamente lamentables para todos. Sobre todo para mí. Los demás sufren porque ven el látigo restallar sobre mi espalda, pero está claro que jode más la cosa al dueño de la espalda.

EL MOMENTO HORA EXTRA
Llega un momento en que necesitamos una hora más. Es maravilloso, dIsfrutar de la expresión facial de mi jefe de producción, de la yuxtaposición de emociones encontradas en su rostro, una especie de poema visual cercano al expresionismo abstracto. Te mira pero no te mira, quiere decir algo pero no quiere. Le gustaría decir que sí y que no a la vez. En ese momento, entre los de producción, en todas las películas, -más en esta, que las condiciones de trabajo son como de "ópera sobre la guerra del vietnam, interpretada por niños en un colegio de Villalpando"-, se genera la famosa mirada al infinito, o a un horizonte lejano, muy lejano.

LA MIRADA AL INFINITO
Sus ojos buscan un objeto en las montañas, o en el océano; una oveja y su pastor, un barquito de vela. No miran a derecha o izquierda de cuadro. No. Miran a un punto distante, metafísico. Miran su propia alma, confundida y extasiada por el deseo y el deber, por la culpa y el miedo, por pagar o no pagar.

¿SE PAGA, O SE ENROLLA EL EQUIPO?
El buen jefe de producción, el de la experiencia, ése que ha hecho mucho cine, sabe que tiene que pagar. Pero también sabe que una ligera omisión de ciertas palabras genera un malentendido. Un malentendido que quizá solucione el problema de una manera sutil. Culpable, pero sutil. Y entonces, sufren. Se pide al equipo que trabaje una hora más, pero quizá, desgraciadamente, no queda del todo claro si esa hora se paga o no. Hay que especificarlo, y en ese tenso instante, las palabras cuentan. Por eso hay un momento de franca electricidad entre el ayudante de dirección y el jefe de producción.

¿QUIÉN LO DICE?
Está claro que es el ayudante de dirección el que tiene que pedir al equipo que se enrolle y curre una hora más, o dos, o mil, pero lo que no está claro es el texto. ¿Por favor, quedaros una hora más? O, por el contrario, ¿por favor quedarnos una hora más, que la pagamos? Claro, no suena exactamente igual. Digamos que el favor, es menos favor. Digamos que es diferente ser penetrado analmente por una horda de gorilas en celo, que hacer el amor bajo las palmeras fotografiado por David Hamilton. El asunto es básicamente el mismo, pero entre un caso y el otro, digamos que se procede desde una perspectiva menos... incómoda.

Menos mal que todo este equívoco no se ha producido, porque mi jefe de producción es un santo, y un profesional con una trayectoria acojonante, mi ayudante de dirección es una persona responsable, y los dos se entienden perfectamente. Nos queremos, nos admiramos y nos respetamos como profesionales que somos. Os quiero a los dos. Ah, y gracias al equipo, que se quedó una hora más.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Me encanta el olor del napalm caliente por las mañanas


Cinco minutos antes de salir. Hoy entramos en el interior del Kojak, el antro más perverso y más jipi y viejuno en el que hemos rodado. Tres secuencias difíciles, resumidas de las cinco que había en el guión original. Aún así, no da tiempo. No da tiempo para nada. Espero que tampoco haya tiempo de perder el tiempo, y rodemos como putas máquinas que es lo que somos. Somos soldados del ejército mutante, somos perros de la guerra, y lucharemos a muerte en un día de rodaje imposible. Ayer tuve la inmensa suerte de ser visitado por mis productores. Me sentí como si mi madre me viniese a visitar a Vietnam, antes de la masacre. Después de haber ingerido varias dosis de LSD, masticado tripas de vaca sagrada seca, y pintado mi cuerpo en un acto ritual, dispuesto a matar charlies, mi madre me diera un bocadillo de jamón de York y me dijera: ¡y no me cojas frío! Eso es apoyo. Es un gusto comprobar que lo comprenden. Desde aquí os maldigo con todo mi cariño.

martes, 9 de febrero de 2010

Riachuelos, cacerías y alcantarillas

Carlos tras salir del riachuelo


Franco y Salcedo

Acabo de llegar. Carolina está ensayando el baile de mañana, en la discoteca Kojak. Hoy ha sido un día duro (qué sorpresa) pero relativamente ligero, porque no ha habido problemas reseñables. Sancho se portó de maravilla, encantador, y eso que estaba recuperándose de una intervención. Por eso no pudo venir el lunes y rodamos las alcantarillas. Hoy hemos rodado con Franco. Todo muy bien. Juan lo ha hecho estupendamente, con unas auténticas gafas del Generalísimo. No quiero rebelaros porqué ni cómo aparece Franco en la película, pero ahí está.

EL INCREIBLE CASO DE CARLOS ARECES
Carlos tuvo ayer unas secuencias de gran esfuerzo físico. Concretamente corría en pelotas por el bosque. Después cae por un terraplén hasta un riachuelo helado y se introduce en una alcantarilla. Demostró una entereza enorme, una templanza digna de un filósofo estoico y una paciencia encomiable.

EL BACK
Lo más glorioso es el contraplano, es decir, el culo de Carlos en estas secuencias de acción. De una comicidad memorable.

NO HAY DOLOR
Carlos no se inmutó al tirarse al riachuelo, aunque el agua estuviera a bajo creo, aunque estuviera todo lleno de barro y fango y mugre, aunque se hubiera podido clavar diez mil arbustos. Carlos lo hizo como si fuese Chuck Norris. De hecho, es el Chuck Norris español. Carlos, querido Carlos, nunca te agradeceré lo suficiente lo maravillosamente bien que te has portado, lo profesional que has sido. Todos lo comentan. Que eras buen actor eso lo sabía, pero nunca imaginé que eras un auténtico hombre de acción.

Galería de personajes absolutamente imprescindibles, descritos por un sinsorgo


TXITXO INTXAUSTEGI
Poco puedo decir de Txitxo. Poco porque me quedo corto. Txitxo es mi cámara. Es mi ojo, mi ojo en la película. Con Kiko y Raúl, definen la imagen. Txitxo es una de las personas más elegantes que conozco. Txitxo es otro caballero, Txitxo es Lancelot, es el fiero hidalgo que te defenderá a muerte en cualquier batalla. Txitxo ha hecho muchas películas más que yo, sabe latín. Acaba de venir de Agora, y su currículum no se le nota. Trabaja en Balada por amor al arte (y a las risas), porque no podríamos pagarle. Txitxo ha hecho conmigo mis mejores películas, junto con Kiko, y les adoro. Nunca me siento sólo rodando, porque está conmigo, a mi lado siempre, y su tranquilidad me acompaña. Su solidez, su calma, su buen humor. Txitxo es un duque, un aristócrata, como Paco, como Kiko. Son la aristocracia del cine, técnicos nobles, de alta alcurnia, pero humildes, sabios y humildes. Nunca te responderá sin una sonrisa. Jamás una mala cara, y vive Dios que le he dado oportunidades. Txitxo es mi amigo, mi hermano mayor. Sabe conducirme por el buen camino sin que se note, con delicadeza, hacerme ver mis propios errores sin herirme, susurrándome al oído, con una gentileza propia de un hombre por encima de las estupideces de tipos como yo, vanidosos, cretinos soberbios, llenos de ignorancia y dudas. Txitxo opina, nunca sentencia. Sin embargo, no juega el fácil papel del ajeno al drama. No. Se implica, se moja, piensa, se involucra, lucha como el que más, pero sin que se advierta, suavemente. Con elegancia. Lo he dicho, pero lo repito. Txitxo es elegante. Trabajando, comportándose y encuadrando el plano. Txitxo nunca perderá la calma, porque está más allá. Nos conocimos cuando teníamos ocho años, viendo King Kong y Tarzán en el Santiago Apóstol, el colegio que estaba al lado de nuestra casa, en Bilbao. Los domingos proyectaban películas por 5 pesetas. Digo yo que nos conocimos, porque ninguno de los dos nos acordamos el uno del otro. Sólo tenemos presente que las orejas de los elefantes de Tarzán eran de cartón, porque no eran africanos, eran indios. Y Tarzán llevaba alpargatas. Allí estábamos los dos sentados en butacas de madera. Quién iba a decirnos que seríamos compañeros del alma, treinta años después. Y ahora somos hermanos. Hermanos detrás de la cámara. Una película no la hace una persona, eso son chorradas de snobs, críticos, o mirones, gente débil de espíritu, aficionados a simplificarlo todo, para poder entenderlo, para que las cosas puedan ser clasificadas, para tener su pequeño apartamento mental limpio y en orden. El cine es otra cosa. El cine es cosa de amigos. ...Yo no soy nadie sin Txitxo. Mis películas son mis sueños, a través de sus ojos.

No hay nada que me haga más feliz rodando, que verle sonreír.

lunes, 8 de febrero de 2010

Tres y veinte de la mañana


No me puedo dormir.

Se me ha cambiado el sueño, imagino, o estoy tan cardiaco que no puedo dormirme. Mañana ruedo a las diez, osea que a las 9 tengo que estar arriba. Ahora, por la noche, los sentimientos se enfrentan y agudizan. Por la noche salen los demonios a pasear, y te miran de soslayo. Todo crece, todo se agiganta, hasta crear monstruos. Vuelve el consabido dolor de cabeza, vuelven los pecados del pasado. Vuelve la angustia. Ese miedo atroz a que se repitan los antiguos terrores, las antiguas penas. Piensas que el tiempo se acorta hasta casi desaparecer, que lo ocurrido hace años pasó hace días. Te das cuenta que la vida son secuencias simultáneas. El tiempo no existe, es un presente eterno, escuché ayer en una película de Chabrol. La noche elimina los tiempos muertos en un montaje salvaje, y ves sólo las secuencias dolorosas de tu vida, las que importan, las que duelen. Tus decisiones, tus cobardías, tus errores, deformados grotescamente como en un espejo de feria. Sé que el símil está muy sobado, pero es el mejor. Me veo reflejado con la cabeza pequeñita y un cuerpo enorme, distorsionado. Igual no es un espejismo, y como decía mi amiga Rosa Montero, es por las noches cuando las cosas se piensan con lucidez. Por la noche, al desaparecer el mundo, te encuentras sólo, en la nada, en medio de la negrura, y te ves a tí mismo. Lo que has hecho, y lo más doloroso: lo que no has hecho. Por la noche, dice Rosa, se descubre la auténtica verdad. La vida, en realidad, es una pesadilla, una pesadilla encubierta por la vigilia, por el ruido del día, por esa luz cegadora que impide distinguir las cosas con claridad. Son las sombras el ser verdadero de las cosas y las personas. La luz es un truco, un truco barato para hacernos la vida soportable. Es ahora, en medio de la noche, a solas, cuando nos enfrentamos a nosotros mismos cara a cara.

El único consuelo es imaginar que hay personas que sufren a tu lado, o a distancia, y la noche también acorta esas distancias. Una llamada y ya no estás sólo. Cuando esto ocurre, cuando los demonios salen a pasear, llama a un amigo, manda un SMS. Puede solucionarlo todo, y un mentiroso rayo de luz ilumina tu alma. Sabemos que es tan sólo un truco, pero un truco que, al fin y al cabo, amigos, funciona.

domingo, 7 de febrero de 2010

Galería de personajes míticos descritos por un patán 2


PACO CALONGE
Paco se dedica a todo lo que rodea a los personajes. A todo. Cualquier cosilla. Los ceniceros. Las bebidas. Paco las rellena una a una de mosto, o de Coca-cola con agua. Paco limpia doscientas mil veces el cristal que manchamos con el pollo para las tomas en las que Antonio destroza el pollo. Paco limpia el suelo de sangre para que no haya sangre en la siguiente toma. Paco coloca una plataforma cuando la altura de los personajes no coincide con el cuadro. Paco limpia el recorrido de cascotes para que Carolina no se caiga cuando corre con los tacones. Paco recorta la manta de Carolina para que no la pise. Paco me cose las pistolas al traje de Carlos para que no se caigan. Paco tiene mil trucos en la manga para que nada falle.

Nunca hay que buscarle. Siempre está al pie del set, como un clavo. Paco nunca dice que no. Paco es el atrecista de rodaje, pero es mucho más. Paco da confianza. Paco te tranquiliza. Paco te da seguridad. Paco ha hecho docenas de películas, muchas más que las que haré yo nunca. Sabe mucho de cine, y se le nota. Paco es humilde. Paco te llama "señor", y te dice "si, señor", cuando le pides algo. Yo debería responderle "gracias, su ilustrísima". Por que Paco es de la aristocracia. Paco es un caballero, elegante, discreto, eficiente. A Paco le tengo respeto y admiración. A mí me gustaría ser algún día como Paco, pertenecer a esa familia de aristócratas cinematográficos, los caballeros técnicos. Elegantes caballeros orgullosos de su profesión. Paco barre, limpia, cuida el raccord, y lo hace conocedor de la importancia de su labor. Yo empecé haciendo lo mismo, y cuando me pidieron que barriera el set, pregunté: ¿no hay otro para hacer esto? Y con el tiempo me dí cuenta que era un patán, un idiota engreído. No hay trabajo mejor que otro, ni más importante que otro, si está bien hecho, a conciencia. Paco es un profesional, no se me ocurre nada más importante que decir sobre alguien. Paco trabaja conmigo. No hay mayor orgullo que éste.

Galería de personajes míticos descritos por un patán 1


ROSA
Rosa, de vestuario, anda de aquí para allá con las camisas, que siempre son triples porque siempre manchamos los trajes de sangre, o necesitamos una talla más grande para la doble, que lleva protecciones. Rosa se encarga de los ochocientos cambios de vestuario de los actores. Carolina aparece con un modelo diferente en cada secuencia, y Rosa les atiende en rodaje con un cariño y una eficacia asombrosas. El viernes, Carlos rompió sus pantalones, quedándose con los huevillos al aire. ¿Quién los arregló? (los pantalones) Rosa. Rosa (y Sonia), siempre me miran con mala cara cuando ando con mis sangres, y mis golpes, y con cualquier cosa que pueda hacer que se manchen los pantalones y las camisas. Luego resulta que toca una secuencia previa y yo ya he manchado la ropa. Entonces llega Rosa, y Sonia, y lo arreglan. Sin Rosa, mis actores andarían manchados y llenos de porquería, hechos un asco. Cuando quiero que estén manchados, sacan unos polvitos y los manchan, pero de mentira. Y poco. Porque les da miedo. Es como cuando recoges el cuarto de los juguetes. Al entrar los niños a jugar te da un poco de rabia, porque lo has recogido todo hace un ratito. Sin Rosa todo sería un desastre. Gracias, Rosa. Pero recuerda que, antes de las camisas, está el asunto de la película. Ya sabes, el cuarto de los juguetes es para jugar. A ver si por no manchar no salimos de casa. Y mira que me quejaba de tanto triple... Qué razón tenía Sonia. Gracias por vuestro esfuerzo, y por aguantarme. Y Rosa, díle a Sonia que no se enfade conmigo.

viernes, 5 de febrero de 2010

Mambo Italiano

Una pequeña pieza de mis actores emulando a Louis Prima. Como véis, ayer fue todo muy tenso. Lobo Negro, Carolina, Carlos, David y Carolo.

Un día espléndido


Ayer, por fin, una secuencia normal. Actores, un bar. Rodamos bien, con calma, poco a poco, con cuidado. No hacía frío. Los actores estuvieron formidables. Realmente estupendos. Hasta Lobo negro, tenía su plano. Sixto, increíble, Enrique, soberbio, espectacular. Carolina maravillosa, Antonio... Antonio tenía una de sus secuencias más fuertes. Antonio lo bordó. Una delicia, una pasada. Qué gozada de hombre. Todos se portaron de cojones. Rodé tomas únicas porque no hacía falta más, porque todo fluía perfectamente.

Ayer fue uno de esos días en que todo sale bien, por algún tipo de conjunción planetaria. Si el día anterior fue un infierno, y todo parecía estar en contra, ayer todo estaba a favor. ¿Por qué es todo tan ciclotímico? ¿Por qué unos días sí, y otros no? ¿Por qué tanta diferencia? Obviamente las condiciones de trabajo, los planos, su complejidad, la preparación que requieren, la figuración, los efectos. Las cosas chirrían cuando necesitamos tiempo. Cuando las cosas dependen de los actores todo va sobre ruedas.

jueves, 4 de febrero de 2010

No me da tiempo. me he despertado y están abajo esperándome. Ayer fue espantoso, tensísimo, angustiante. Espero que quedara bien. No lo sé. Antonio de la Torre, genial. Por cierto, no puedo más. meduermo mientras escribo esto y voy ahora a rodar. Hasta las seis y media de la mañana.

miércoles, 3 de febrero de 2010

No se ve al elefante!!!!!!!!!!!!!!



Anoche, a bajo cero, andamos mojando a los actores con el efecto lluvia. Gente con una edad, digamos, como para pensárselo seriamente (yo no aguantaría la mitad que ellos) soportaron el chaparrón con una entereza francamente emocionante. Agua y agua, toma y toma. Calados hasta los huesos una y otra vez.

Sólo puedo decir que ésta es la mejor profesión que existe, que la gente del cine es honesta e increíblemente sacrificada, que por una ilusión, por un instante en la pantalla, son capaces de darlo todo. Mira, es muy sencillo. Si quieres tener una vida segura, sin riesgos, trabajas en una sucursal de una caja de ahorros. Para ser actor hay que tener un punto de osadía, y por supuesto, de ilusión e inocencia que te diferencia claramente de otro tipo de personas. Cuando ejerces una profesión determinada dependes de tu habilidad, y tu habilidad no eres tú mismo. Los actores trabajan consigo mismos como herramienta, son su propia habilidad. Desgraciadamente, poca gente sabe lo duro que es. Sólo se quedan con el envoltorio. Por creer en la fuerza de un plano, mis maravillosos actores se jugaron su salud, tiritando, helados, ateridos de frío, mientras yo intentaba ver al elefante.

EL INCREIBLE CASO DEL ELEFANTE
Tengo un elefante. Es increíblemente caro un día de elefante. Así que decido elegirlo bien. Tenemos un elefante y veinte perros hoy. Bueno, ruedo con el elefante a dos metros de la cámara, y no se ve. No consigo que se vea en el plano.

¿CÓMO?
La lluvia, el contra de luz, los actores delante, la acción de la secuencia... Todo sumado y agitado, y no se veía el elefante en el plano. No me lo podía creer. ¡No era posible! Intentaba mover a los actores, al menos ver un ojo... No se veía. parecía un fondo plano, parecía el cielo nocturno, una pared. Suele ocurrir. A veces el motivo por el que ruedas un plano de determinada manera, se superpone con tantos factores paralelos que termina ocultando el principal. Estoy hablando a nivel de imagen. Resulta apabullante y sorprendente descubrirlo, y mucho más sufrirlo y luchar contra él. Sobre todo a las cinco de la mañana, en una calle de Méndez Alvaro, con los vaqueros mojados.

El frío se empezaba a meter en nuestros cuerpos como una cuchilla, como la navaja de un quinqui, hasta llegar a los huesos. Conseguimos rodar el elefante por fin, y bastante bien, pese a la lluvia. Mis actores, mis maravillosos actores, cenaron y se fueron, y no pude agradecérselo lo suficiente. Después llegó la cena, y con mi dieta germánica decidí pasar del tema. Me metí en una caravana y dormí media hora. Al levantarme salí a la calle preocupado por el siguiente plano, para colocar cámara y no retrasar el proceso. Puede que no supieran que estaba allí, y andasen buscándome. Al salir de golpe, sufrí el impacto del frío en mi cara, y empezó a extenderse por mis articulaciones. Empecé a temblar como un condenado, hasta tal punto que no era capaz de hablar. El frío era tan intenso que no podía soportarlo, y la tiritona me impedía prácticamente mantenerme en pie. Corrí a la caravana de nuevo hasta que pude moverme y comunicar dónde estaba.

Y mis actores bajo la lluvia.

Rodamos hasta las cinco y media de la mañana, conseguí terminar una hora antes. Increíble. Hoy toca otra noche en exteriores. Probablemente en el parque de atracciones haga todavía más frío. Me he puesto dos pantalones de pijama bajo el vaquero, dos camisetas, llevaré un jersey, un plumífero y todo rebozado en una chupa de cuero. A ver si no me pasa como ayer.

martes, 2 de febrero de 2010

las noches


Qué frío, Dios. Rodamos por la noche. Hace un frío de cojones a partir de las tres. Hoy encima hacemos efecto lluvia. Puede ser matador para los actores. Espero que tengamos los medios para que no mueran de frío. Ayer se me congeló el aparato reproductor, disculpadme por ser tan explícito. A bajo cero. 12 horas de rodaje. Las cosas se están poniendo realmente difíciles. Es el rodaje más duro al que me he enfrentado.

CONFLICTO INSTITUCIONAL
Cierto departamento de la cultura de este país, al que necesitamos con urgencia para poder rodar en un determinado lugar, (necesitamos su permiso para rodar, eso sí, pagando, y mucho, por supuesto), no me lo pone fácil. Directamente pueden hundirme la película. Me están obstaculizando todo, hasta visitarlo, no digamos rodarlo. Digamos que es más sencillo entrar a verlo como turista que como cineasta. Quiero que los lectores de mi blog sean conscientes de las facilidades que me brindan, y lo mucho que hacen por ayudar a los que trabajamos en lo que ellos disfrutan denominando "cultura". Existe, digo yo, un terror visceral a la incorrección política, ese pecado capital de los bien pensantes. Digamos que ese departamento, que en este momento tiene mi película en sus manos, no quiere ver cómo alguien hace algo más que visitar con una cámara de fotos esos lugares sagrados del Patrimonio "artístico" Nacional. Francamente, me duele ser rencoroso, pero antes de que me pisen prefiero revolverme, aunque sólo sea para airear el hedor que este conflicto me provoca. Voy a hablar con ellos, en la base del "monumento". Hoy he dormido tres horas y esto me revienta, pero es necesario. Al parecer no tienen otro momento.

DESPUES DEL MEETING
El párrafo anterior lo escribí ANTES de la reunión con los amigos del Patrimonio. Tres horas después escribo esto. Acabo de decidir NO RODAR allí, porque me resulta más rentable, económica, física y moralmente hablando. Lo solucionaré cambiando el plan de trabajo, la película en sí misma, el presupuesto, mi futuro, o lo que haga falta. Nosotros los del cine nos crecemos ante la adversidad. La discusión con SOL, una persona maravillosa encargada de facilitar la relación del Patrimonio con los rodajes, o la prensa, o cualquier persona que quiera algo más que MIRAR el monumento y sacarle una foto, me ha hecho ESCAPAR directamente de allí. Es un placer comprobar como personas como SOL salvaguardan los tesoros nacionales. Qué diferencia con Londres, Nueva York, o cualquier capital del mundo, que están deseando provocarte con facilidades. Allí son tan cínicos que quieren que ruedes, porque piensan, los muy locos, que es bueno para ellos. Ya os lo contaré detenidamente cuando vuelva, porque me tengo que ir al rodaje. Dame paciencia, Dios Mío.